La substancia vegetal debe ser desmenuzada y colocada en un recipiente, donde verteremos la cantidad de agua hirviendo necesaria. Dejaremos reposar una media de 5 a 20 minutos, hasta que se enfríe. Por último, se filtra y se estruja el residuo para recoger la mayor parte de los principios activos.
La infusión se bebe caliente, nunca hirviendo, como es obvio, y casi nunca fría.
En ocasiones, una infusión con un sabor especialmente amargo resulta más aceptable si se bebe a temperatura ambiente.
Puede utilizarse también para compresas, lavados, baños, enjuagues y gargarismos.